Mi viaje con el canto comienza de pequeña cuando intentaba imitar a las grandes voces que oía en casa. En esa época no sabia que existía algo llamado técnica vocal y copiar era algo que me resultaba fácil y divertido. Gracias a todas las cosas que aprendí durante estos años creo casi necesario, acercar niños y niñas a la música ya en la infancia. A día de hoy podría considerarme una cantante polifacética ya que con los años he podido desarrollarme en varios estilos como: funky, blues, soul, R’n’B, pop, rock…
Empezando a conocer mi voz
Cuando empecé primaria, a los seis años, entré en el coro de la escuela y estuve los cinco años que duraba la etapa escolar. Por aquel entonces cantaba con los contraltos, aunque con el tiempo descubrí que era soprano. En ese coro, como en muchos de los coros en los que participé a lo largo de los años, aprendí a controlar el volumen de mi voz, la armonía y a “disociar” ya que el estar en un coro te obliga a separar más aún los sonidos y las varias voces.
Una de las cosas más complicadas de aprender a cantar es el hecho de que es un instrumento, aunque sea cómodo porque lo llevamos incorporado, no se puede ver. Por eso muchas veces es difícil explicar y entender con exactitud lo que nos pasa por dentro mientras la ejercitamos. Así que hay que intentar ser conscientes lo máximo posible, sobre el propio cuerpo, conocerse, aprender anatomía y el funcionamiento del aparato fonador.
Técnica vocal: Las claves en mi aprendizaje
Una de las cosas más importantes cuando se quiere aprender a cantar, es la respiración. Algo que parece básico y hasta natural pero que como casi toda tarea diaria acabamos por no prestarle atención. Ya sea por malos hábitos o simplemente, por imitar a otros. Normalmente acabamos perdiendo la habilidad de respirar bien y sentir todos los músculos involucrados en ella, algo que puede cambiar con un buen profesional de la voz y trabajo.
La respiración
En mi caso, empecé a tomar clases particulares de canto lírico en Italia. Por suerte tenía la buena costumbre de respirar por la nariz y no por la boca (un error muy común). Lo primero que aprendí fue a no subir los hombros al inhalar y a abrir bien las costillas, es decir, mantener una buena colocación del tronco intentando expandir la caja torácica todo lo posible a la vez. De este modo estaremos dando el apoyo necesario a la hora de cantar y tendremos nuestra máxima capacidad de aire a disposición.
Otra cosa que aprendí fueron las diferentes colocaciones según los diferentes géneros musicales.
Soltura y seguridad en el escenario
Cuando llegué a España empecé a estudiar una carrera de Artes Escénicas y el camino a seguir fue diferente ya que las clases los primeros dos años fueron grupales y el último particulares. El enfoque no sólo era distinto a nivel pedagógico, sino también el estilo encontrado y lo que más pude sacar además de mantener la técnica aprendida previamente, fue soltura en el escenario y seguridad.
Ahora de vuelta a clases particulares, tras un tiempo sin estar acompañada por un/a profesor/a y también con la edad, puedo decir que la técnica aprendida con los años aunque se pierda, deja huella. Ya se sabe que los músculos tienen memoria y de vez en cuando está bien entrenarlos y ponerles a prueba de nuevo. Muchas veces cuesta relajarlos pero a la hora de cantar es muy importante no estar tensa/o.
La elasticidad de la voz
Estoy aprendiendo a que no solo hay que entrenar más sino que es más fácil y cómodo cantar con menos fuerza de lo que parece. El aprendizaje de la técnica vocal (y/o la vocalización) hace que la elasticidad de la voz mejore para poder cantar tonos más agudos y más bajos. Cuanto más y mejor se trabaje, mejor se mantiene. Es un trabajo largo, con muchisimos más matices que algunos de los mencionados, pero lleno de satisfacciones. Algo muy curioso que he descubierto últimamente es la importancia de la boca, cómo la movemos y cómo la tensamos a veces sin darnos cuenta.
También he descubierto lo mucho que ayuda abrir el pecho, que la mayoría lo dejamos olvidado, pero es de gran ayuda para mejorar la calidad de la voz.
Y bueno, por último nunca olvidemos que si te duele algo al cantar, está mal, que si estás forzando también, cantar tiene que ser fácil, tan fácil como hablar.
¿Quieres escuchar a Elisa?
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