oratoria

3 CLAVES PARA CONVERTIRTE EN UN BUEN ORADOR

¿Qué quiere decir “oratoria”? A lo largo del tiempo esta palabra ha recibido definiciones diferentes. Para Platón, filósofo griego, oratoria significaba “ganarse la voluntad humana a través de la palabra. Mientras su alumno Aristóteles entendía que la oratoria consistía en “la capacidad, llegado el caso, elegir según las circunstancias el método más adecuado con el fin de persuadir al contrario”.

Hoy en día, se habla con frecuencia de oratoria como “el arte de persuadir” o “el arte de hablar”. En términos de las ciencias modernas del lenguaje, significa que la oratoria es la forma en que un emisor tiene que expresar y transmitir un mensaje para que produzca en el receptor el efecto deseado. Para esto, hay que ordenar y estructurar las ideas, exponer las palabras necesarias y cuidar el vocabulario y el estilo.

Parece que muchos oradores tienen un talento natural y facilidad de la palabra, pero casi siempre es fruto de largos años de práctica, perfilando su personalidad y poniendo en práctica un abanico de posibilidades. Las reglas de la oratoria que fueron elaboradas desde la antigüedad tienen todavía hoy validez. Los avances de las ciencias modernas, sirven de complemento de estas experiencias acumuladas como el lenguaje y la ampliación de nuestro vocabulario. 

Por eso es importante entender qué desafíos nos vamos a encontrar a la hora de hablar en público, para poder poner soluciones prácticas y convertirnos en un buen orador. Todos los oradores en algún momento han sufrido  pánico escénico, inseguridad, nervios, se han quedado quedado en blanco por falta de preparación, práctica y respiración profunda. Así que si a ti también te pasa, a continuación te doy unas claves para que te conviertas en un orador de éxito.

Para saber si eres un buen orador, hazte estas preguntas:

  • ¿Sientes en la audiencia el entusiasmo que tú sientes por tu materia?
  • ¿Tu voz inspira credibilidad, confianza? ¿impacta a tu publico y moviliza a la acción?

CLAVES PARA SER UN BUEN ORADOR

1. Dominio de la materia, facilidad de palabra y poder de persuasión.

  • Un buen orador sabe persuadir y se muestra seguro, despertando así el interés de su audiencia.
  • Sabe motivar y atraer.
  • Conoce bien su materia y tiene su discurso muy preparado.
  • El objetivo de su discurso siempre es comprensible.

2. Debe hacerse entender y llegar a su público

  •  Expresarse de forma clara y precisa.
  • Estructuración coherente del discurso.
  • Estilo fluido.
  • Pronunciación clara y correcta.
  • El orador tiene que expresarse de forma sencilla. 
  • Lal palabras deben ser precisas y comprensibles.
  • Hay que hablar con frases cortas y sencillas. 
  • Evitar muletillas y palabras de relleno.

HAY QUE HABLAR DE FORMA SENCILLA, PERO PENSAR DE FORMA COMPLEJA, ¡Y NO AL REVÉS!                                                                       

3. Y sabe que para persuadir, debe tener una buena técnica vocal

Hoy se sabe que la calidad y cualquier actividad fónica (hablar o cantar) depende de la calidad auditiva. El tono que emitimos al hablar es un tono mixto, compuesto de distintas frecuencias. A una voz bonita se le presta atención, de tal manera que la forma en la que habla influye en lo que expresa. Se puede modular la intensidad de la voz desde un grito hasta casi un susurro. El discurso vive de la variedad, hablar lento o rápido da contraste al discurso.

Para tener una buena técnica vocal es imprescindible saber respirar profundamente.

La respiración. 

Técnicas de respiración y para qué sirven.

Es importe, que sin forzar, sacar el mayor rendimiento posible a las cuerdas vocales. Una voz de mayor resonancia se consigue prestándole apoyo con el resto del cuerpo. No hemos nacido con una voz buena, sonora y agradable. La podemos llegar a tener trabajando la técnica vocal y el apoyo.

En mis cursos de oratoria también se aprende a dominar la respiración profunda que es vital para controlar los nervios. Cuando el miedo agarrota, los ejercicios de respiración ayudan mucho. 

La respiración abdominal es la técnica adecuada y consiste en llevar el aire hasta el abdomen cerrar la musculación y mientras hablamos sujetamos nuestro aire. Con esta técnica conseguimos controlar el oxígeno y tener un mayor bienestar físico. La respiración torácica no es saludable. Si sabes controlar tu respiración, tienes el control de tu voz.  

La velocidad es otra de las formas de modelar un discurso, saber adaptar la capacidad de recepción momentánea de la audiencia y la importancia de la información que esté transmitiendo.

El volumen de la voz sirve, junto a la velocidad, para subrayar lo que se considera importante. Hay variaciones de volumen como el susurro, el tono bajo, el normal, más elevado, incluso gritar, entre otras variaciones.

La modulación quiere decir que hay que elevar y disminuir la voz para evitar la monotonía. Una situación de estrés puede provocar que el orador renuncie a la modulación y lleva a que el discurso sea plano.

La altura de la voz  Las voces profundas van normalmente acompañadas de una caja de resonancia más grande. Por ser más sonoras transmite mayor credibilidad. Sin embargo, las voces más altas resultan más comprensibles que las profundas. Hay que aumentar de forma progresiva la altura y la velocidad hasta llegar, tras una pausa expresiva, a la esencia de la cuestión.

Articulación y timbre. Debe expresarse de forma clara y acústicamente perceptible. El timbre es el color de la voz y puede ser: estridente, clara, media, oscura, melódica, gritona, vulgar, fina. 

Estás técnicas además nos ayudan a equilibrar nuestras emociones y a darnos seguridad. Todo orador tiene que tener muy en cuenta el factor emocional, y es en gran medida, responsable de la impresión que causa sobre su audiencia. Él decide en buena parte el éxito o el fracaso.

Con estas palabras he querido introducir las técnicas de la oratoria. Si necesitas un acompañamiento individual te invito a una clase gratuita conmigo, de 1 hora. Pincha aquí para reservarla.